Según los datos de Integración de Organizaciones Campesinas e Indígenas Originarias, el 90 por ciento de la población agrícola de Bolivia está a cargo de familias de origen campesino o indígena. Ellas se centran en una agricultura sustentable, caracterizada por la relación del trabajo familiar y con una producción en armonía con la Madre Tierra, que garantiza la soberanía alimentaria de Bolivia.
Rosa Blanco, es una mujer agricultora aymara que es parte de estas familias productoras. Ella creció en esta zona, formó su familia y heredó varios terrenos en las que produce – junto con su esposo Julio y sus pequeños hijos – durazno, papa, lechuga, choclo y variedad de alimentos.